Buenas tardes amigos:
Hoy traemos a nuestra mesa un producto extraordinario, dentro del complejísimo mundo de la conserva de marisco, que está catalogado como una de las mejores referencias que existen en su vector. Se trata de los mejillones en escabeche de la conservera cántabra LA LATA, de Braulio Alfageme Pernas.
Es de todos conocida la larguísima trayectoria de la familia viguesa Alfageme, fundadora de la mítica conservera Miau, ahora vendida "limpia de polvo y paja". Después de esto, sin perder su profundísima ligazón con Galicia, Braulio Alfageme, recogiendo la tradición ancestral y derivándola hacia el producto gourmet, fundó hace tan sólo unos pocos años una magnífica conservera en Revilla de Camargo (Cantabria) bajo la marca denominativa de "LA LATA de Braulio".
La especialidad que podemos destacar, como producto emblemático de la marca, es la anchoa del Cantábrico, probablemente la mejor que existe en el mercado. Ahora bien, ha sabido llevarse de su tierra lo mejor de la tradición conservera de marisco, seleccionando los mejores mejillones de las rías gallegas -y cuando decimos los mejores queremos decir los mejores- y elaborándolos de un modo absolutamente perfecto.
Son de los poquísimos mejillones que han salido de la campaña pasada, aquejada de tantísimos problemas y retrasos, si bien los pocos que salieron fueron excelentes e inmediatamente, nada más salir, absorbidos por las más selectas conserveras. Éstas, demandando el producto superior, hubieron de conformarse con una pequeñísima cuota, pues la producción llegó retrasada y el período óptimo para envasar tocaba a su fin. La mayor parte hubieron de tirar de partidas en stock de campañas anteriores para atender a la demanda. Incluso algunas envasaron pasado el período óptimo, es decir, pasado diciembre, con los subsiguientes problemas de ennegrecimiento (tono verdoso oscuro) de la materia prima.
LA LATA estuvo rápida de reflejos y compró a tiempo lo mejor que de esta última campaña había en las lonjas de las rías de Arosa y Muros y Noya. Eso se nota, tanto en la calidad cuanto, desgraciadamente, en el precio. Sin embargo, aseguramos que a los fanáticos del mejillón les compensará, pues no podrán tener acceso a otros mejores: ni Conservas de Cambados, ni los Peperetes, ni La Real Conservera, "ni ná de ná".
Son de los poquísimos mejillones que han salido de la campaña pasada, aquejada de tantísimos problemas y retrasos, si bien los pocos que salieron fueron excelentes e inmediatamente, nada más salir, absorbidos por las más selectas conserveras. Éstas, demandando el producto superior, hubieron de conformarse con una pequeñísima cuota, pues la producción llegó retrasada y el período óptimo para envasar tocaba a su fin. La mayor parte hubieron de tirar de partidas en stock de campañas anteriores para atender a la demanda. Incluso algunas envasaron pasado el período óptimo, es decir, pasado diciembre, con los subsiguientes problemas de ennegrecimiento (tono verdoso oscuro) de la materia prima.
LA LATA estuvo rápida de reflejos y compró a tiempo lo mejor que de esta última campaña había en las lonjas de las rías de Arosa y Muros y Noya. Eso se nota, tanto en la calidad cuanto, desgraciadamente, en el precio. Sin embargo, aseguramos que a los fanáticos del mejillón les compensará, pues no podrán tener acceso a otros mejores: ni Conservas de Cambados, ni los Peperetes, ni La Real Conservera, "ni ná de ná".
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